La malla minera, las varillas de hierro y los cortes de madera.....arboles parecen y no perecen.....
Guayacan amarillo I
Guayacan amarillo II
GUAYACAN
No arde en llamas, florece, el guayacán,
y no en el cielo, en la ladera
de la calle empedrada que refresca
el abrisado viento en claridad. El mar
allá como alejando su misterio se queda para que me quede
con el misterio simple, estatico del -es necesariamente primavera-
hermano guayacán, que aquí florece
su angelical frescura, su oro húmedo
contra mi corazón azul y verde, de soledad colmada en compañía
del guayacán que se alza - y parece desciende-
en la ladera.
Ricardo Yáñez
Guayacanes
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